Vine del desierto
donde vi muchos huesos
y espacios vacíos
donde mi respiración
se agostó lentamente
y los días eran peligrosos y altivos
Allí desaparecí macilento
mordiendo las arenas
sin añorar más el agua
y sentado sobre los restos de un naufragio
aguardé la cita que a nadie nunca
ha dejado plantado
…sin esperanza…
Y atravesé una puerta empotrada en el cielo
y escudriñé en mi sangre y mis órganos
en busca de mi alma…
y descubrí ser ese otro que siempre anduviera conmigo.