jueves, 7 de agosto de 2008

L'ancien lit de grands-parents ou la valeur poétique des choses


Al ir de visita una vez a casa de mis abuelos me fue asignado dormir en la antigua cama que fuera su lecho matrimonial, como dirían los griegos: el tálamo del himeneo, aunque de tálamo y de himeneo al parecer ya no quedaban sino los vestigios de una antigua gloria nupcial en que el vientre abonado de la abuela y la potencia del abuelo habían hecho un gran homenaje a la diosa de la fertilidad, pues ahora aquel camastro más bien parecía un vetusto barco abandonado hacía mucho tiempo en mar abierto, navegando a la deriva y poblado únicamente del polvo y los bichos correspondientes.